domingo, 9 de mayo de 2010

El acelerador de partículas logra un pequeño Big Bang

La ciencia ha entrado en una nueva dimensión. La física abrió una ventana hacia lo desconocido en el inicio de un momento histórico con el que espera dar respuesta a sus grandes interrogantes: ¿Cuál es el origen de la masa?, ¿por qué solo prevalece la materia cuando lo lógico sería que el universo tuviera la misma cantidad de antimateria?, ¿cuál es el origen y la naturaleza de la energía y materia oscura, invisibles y desconocidos, pero que componen el 96% de la materia del cosmos?, ¿existen nuevas dimensiones en el binomio espacio-tiempo?



La aventura comenzó cuando el acelerador de partículas europeo LHC, la mayor máquina que jamás haya construido el ser humano, logró reproducir un mini Big Bang en laboratorio: consiguió aproximarse a las condiciones que existían una milmillonésima parte de segundo después de la creación del universo. El nuevo hito para la ciencia se alcanzó cuando en un gigantesco túnel de 27 kilómetros de diámetro, situado a cien metros bajo tierra de la frontera francosuiza, dos haces de protones colisionaron con una energía de 7,5 teraelectronvoltios, tres veces y media mayor de la que nunca antes se había obtenido. «Estamos una milmillonésima de segundo después del Big Bang», dijo James Gillies, propietario del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), el organismo que puso en marcha el LHC.

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